Este lugar es ideal para aquellos que quieren combinar momentos de oración y la paz interior a las oportunidades para relajarse y disfrutar del silencio de los espectáculos que la naturaleza puede ofrecer en este precioso lugar.
El santuario se encuentra en Spiazzi en uno de los lugares más pintorescos del norte de Italia. Se levanta aferrándose en la roca de las montañas que la rodean, a 774 metros sobre el nivel del mar, con vistas al valle del Adige.
El Santuario Diocesano de Verona Madonna della Corona está abierto durante todo el año con el siguiente horario:
De noviembre a marzo de las 8.00 a las 18.00 horas
De abril a octubre de las 7.00 a las 19.30 horas
El Santuario de la Corona es un lugar de silencio y meditación, suspendido entre cielo y tierra, ocultado en el corazón de las rocas del Baldo.
Documentos medievales demuestran que ya alrededor del año Mil, en el á ea del Baldo vivían algunos eremitas relacionados con la Abadía de San Zeno en Verona, y que por lo menos desde la segunda mitad del 1200 existía un monasterio y una capilla dedicada a S. Maria de Montebaldo, a los cuales se podía acceder a través de un estrecho y peligroso sendero en medio de la roca. Una pía tradición colocaba el nacimiento del Santuario de la Virgen de la Corona en 1522, año en el que la escultura que allí se veneraba se hubiese milagrosamente trasladado por intervención angélica, de la isla de Rodi que había sido invadida por la armada musulmana de Solimano II, pero la datación se desmiente por la existencia, en los escondites del Santuario actual, de la pinturade una Virgen con el niño, de factura del siglo XIV, que ha constituido la primera imagen venerada en la iglesia originaria, de la cual ha tomado el nombre. Entre 1434 y 1437 S. Maria de Montebaldo, pasó a la propiedad de los Caballeros de San Juan, o del Santo Sepulcro, existentes en Verona desde 1362 como Encomienda de San Vitale y Sepulcro, que conservaron la propiedad del Santuario hasta su disolución en 1806, por disposición napoleónica. A este periodo parece remontar el grupo de la Piedad en piedra, luego venerada como Virgen de la Corona. De 70 centímetros de alto, 56 de ancho y 25 de profundidad, la estatua es de piedra local pintada. La misma se apoya sobre un pedestal donde aparece el escrito “HOC OPUS FECIT FIERI LODOVICUS D CASTROBARCO D 1432”, tradicionalmente considerado como prueba que la estatua se hizo construir y donar a la Corona en 1432, por Lodovico Castelbarco, procedente de una noble familia de Rovereto.
En los cuatro siglos de gestión, la Encomienda transformó radicalmente la Virgen de la Corona, convirtiéndola en un auténtico Santuario amplio y accesible, gracias a la colocación del puente de madera de acceso aguas abajo (1458), y a la construcción de una nueva iglesia, arriba de la preexistente, de alrededor de 18 metros por 7 (1490- 1521).
Durante los Quinientos se realizaron dos escaleras de acceso que aún hoy se pueden observar: la más amplia (de 556 escalones) que desde la fuente de Spiazzi, luego denominada “Fuente de la Independencia”, bajaba al puente del tilo, y la más angosta (de 234 escalones), obtenida en la roca a lo largo del originario y muy angosto recorrido que conducía del puente a la iglesia.
En 1625 comenzó la construcción de una nueva y mas amplia iglesia, 4 metros más arriba de la precedente, que permaneció incorporada bajo el nuevo presbiterio. Los trabajos se prolongaron por algunos decenios, llegando al techo en 1664 y terminándose definitivamente en 1685. Mientras fueron arregladas nuevamente las vías de acceso y, gracias a la contribución del comendador Tancredo, en una cavidad del monte se construyó un hospicio a causa de las necesidades de alojamiento de los peregrinos que cada vez eran más numerosos.
La disposición total de la entera área del Santuario se encuentra documentada en dos valiosos inventarios, de 1724 y 1744, y es perfectamente visible en una bellissima incision efectuada en 1750 por Giovanni Antonio Urbani, por encargo del rector don Giancarlo Balbi.
A finales del siglo XIX y en base a proyectos del arquitecto Giuseppe Magagnotti de Verona y del ingeniero Emilio Paor de Trento, la iglesia fue ampliada y dotada de una nueva fachada en estilo gótico, adornada de mármoles; la conclusión de los trabajos fue solemnizada el 17 de septiembre de 1899 con la ceremonia de coronación de la estatua de la Adolorada.
En los años sucesivos tanto la fachada como la iglesia fueron enriquecidas con estatuas del escultor Ugo Zannoni; en 1921-1922 se construyó el campanario con aguja demochante y en 1922, en ocasión del cuarto centenario de la aparición de la estatua de la Dolorosa, fue mejorada la calle y abierta la galería de acceso al Santuario, en base a diseño del ingeniero Federici, facilitándoles el camino a los peregrinos. Después de ultimo conflicto mundial, desde 1946 hasta 1949, en base a proyecto del ara. Banterle el rector don Sandrini en la parte del presbiterio hizo efectuar una ampliación de la iglesia.
En 1974 fue encomendado al arquitecto Guido Tisado el encargo de extender un proyecto para una intervención global que previese la demolición de la iglesia existente, la conservación de las partes consideradas validas y significativa y la construcción de una estructura mas amplia. La demolición y reconstrucción del Santuario se efectuaron desde 1975 hasta 1978 y el 4 de junio de 1978 el Obispo Giuseppe Carraro pudo proceder a la consagración tanto del nuevo Santuario como del altar. En 1982 se le atribuyó al Santuario mismo el título de “basílica menor”. El 17 de abril de 1988 el Papa Juan Pablo II visita el Santuario y reza ante la Virgen de la Corona.
Numerosas son las obras escultorias presente en el Santuario, de las cuales una buena parte, realizadas en mármol blanco de Carrara, son del escultor veronés Ugo Zannoni. En 1900 las estatuas que representan: San Juan Evangelista y Santa Marla Magdalena, visibles en nichos sobresalientes de la fachada, y la Dolorosa de pie, actualmente colocada en la capilla de las confesiones; entre 1912 y 1913 la estatua de San José y la de los santos patronos de los Caballeros de Malta, Santa Toscana y San Juan Bautista, los 14 azulejos del Via Crucis, sobre los pilares de la nave central del Santuario y los azulejos en yeso de los siete dolores de la Virgen, ahora en la Capilla de la Adoración; remontan a 1916 el Ecce Homo y los dos Angeles orates, en la Capilla de las Confecciones; por último en 1919, poco antes de morir, el altorrelieve de encuentro de Cristo con su Madre.
Tanto en el Santuario como a lo largo de la calle de acceso se pueden admirar las fusiones en bronce del arquitecto veronés Raffaele Bonente. Particularmente original es la “escenografía” sobre la parea rocosa del ábside, alrededor de la estatua de la Piedad, circundada por una corona de espinas y cinco grupos angélicos.
Vale la pena evidenciar:
– el frontal del altar con los tres azulejos de bronce que representan la Natividad, la Crucifixión y Pentecostés, separados por cuatro pilastras dedicadas a los Evangelistas; a los lados dos azulejos dedicados a la iglesia veronés, mientras la parte de atrás esta subdividida en tres resaltes, que a los lados contienen dos invocaciones marianas y al centro el corazón de la Virgen, traspasado por siete espadas;
– los 6 candelabros sobre la eucaristía con los símbolos de los Evangelistas y otros alegóricos;
– el azulejo de la Anunciación, colocado en el ambón, y el facistol con los símbolos de los cuatro Evangelistas, los rostros de Abraham, Moisés, David e Isaías, y al centro el monograma de Cristo;
– el tabernáculo de 1982 con las cuatro figuras en bronce que representan la fe, la esperanza, la caridad y la religión.
– el baptisterio de 1988 que en la parte inferior presenta ocho peces y en la parte superior los siete dones del Espíritu Santo;
– el medallón, recuerdo de la visita papal, desde 1993 en la parte externa del Santuario;
– las vidrieras en la nave derecha del Santuario representan los misterios del Rosario;
– las esculturas y las vidrieras que adornan la capilla de la Adoración, realizadas en 1990;
– las estatuas de bronce de las estaciones del Vía Crucis a lo largo de la calle que de la Residencia “Estrella Alpina” conduce al Santuario.
A lo largo de la pared derecha del Santuario se encuentra expuesto un verdadero patrimonio histórico-artistico representado por los ex votos: 167 tablillas de diversas dimensiones de las cuales la más antigua remonta a 1547 y representa el salvamento milagroso de una mujer que está por ahogarse en el rio Adigio de Verona.
En cuanto a nivel histórico, el ex voto más interesante está representado por la gran tela donada por la comunidad de Bardolino en 1665, en agradecimiento por la conseguida gracia de la lluvia, mientras el más precioso es un óleo sobre tela que representa Cristo en la Columna, efectuado en 1724 por el pintor veronés Antonio Balestra (1666-1740).